Hemos comprobado, aunque ya lo sabíamos, que no solo existe lo que vemos (el aire existe y no lo vemos, el sonido existe y no lo vemos...), pero en este caso ha sido más espectacular porque no podíamos percibir nada con ningún sentido y aún así las velas se apagaban. Recordamos que la materia tiene tres estados fundamentales, pero uno de nosotros nos recuerda que son cuatro, el curso pasado el profesor nos habló también del plasma, que creemos recordar es una especie de gas pero tan distinta a un gas que se considera como un estado aparte. Los cambios de estado se producen por variaciones en la temperatura o en la presión, hielos en agua, agua en vapor, rocas en lava... La densidad es la relación entre la cantidad de materia que hay y el sitio que ocupa, cuanto menos sitio ocupe más cantidad de masa, más densa es, como el dióxido de carbono es más denso que el aire, lo puede mover. Además estuvimos jugando a encestar canastas con globos hinchados a pulmón y globos llenos de dióxido de carbono y era mucho más fácil acertar con los del CO2 porque pesaban más.
Hemos descubierto que la tierra es un imán gigantesco, que las agujas de las brújulas señalan al norte por eso. También que esa fuerza es invisible y que tampoco la podemos sentir en nuestros cuerpos, aunque podamos ver sus efectos. Con esas ideas en la cabeza, nos hemos dado cuenta de que para que un circuito eléctrico funcione, tiene que estar cerrado como si fuera un círculo, porque los electrones corren por él y de otro modo no pueden dar vueltas y activar cosas eléctricas, como la bombilla. Ya sabíamos que los imanes pueden mover cosas sin tocarlas porque hicimos experimentos el año pasado en la Feria de la Innovación sobre ello, pero hemos comprobado de nuevo lo loca que se vuelve la aguja, sobre todo con los de neodimio. La tierra es un imán gigantesco, ¡hemos visto también que, si una cosa de metal pesa poco se coloca sobre un corcho en un poco de agua, también señala el norte!