De nuevo nuestra clase se convertirá en un laboratorio en el que las fuerzas magnéticas estarán presentes. Continúa nuestra inquietud por elaborar nuestro propio circuito y comprobar que la electricidad y el magnetismo está al alcance de nuestras manos. Primero observamos como nuestro imán es capaz de atraer y mover a su antojo la aguja de nuestra brújula, como si un truco de magia se tratara. A continuación, preparamos todos los materiales con el fin de que la electricidad recorra nuestro circuito y encienda la bombilla de la curiosidad. Con nuestro circuito abierto, probamos a conectar nuestros extremos del cable cocodrilo con distintos materiales y vemos como algunos permiten en paso de la corriente y otros, por el contrario, la detienen.
Por fin salió el sol y nos apresuramos a aprovechar nuestra oportunidad. Entre todos tenemos una gran variedad de globos de colores y tratamos de averiguar cuál va a ser el primero en explotar. Algunos probamos primero con el globo blanco, otros con el negro y otros con los naranjas, morados o azules. Tras comprobar la brevedad con la que explota el globo negro nos damos cuenta de algo esencial. El negro absorbe toda la cantidad de luz sin dejar que nada se refleje, por eso es el primero es explotar. Todo lo contrario ocurre con el globo blanco ya que refleja toda la luz. Los diferentes colores tardan más o menos en estallar ya que una parte de la luz la reflejan y otra la absorben. Es muy curiosos poder comprobarlo por nosotros mismos. También observamos que los globos que no han conseguido estallarse han dejado una parte de la goma más transparente, quizás si hubiéramos tenido un poquito más de paciencia lo habríamos conseguido.