Al juntar el vinagre y el bicarbonato, se ha producido una reacción química y se ha formado un gas llamado dióxido de carbono. Después, al verterlo en el vaso de precipitados, este gas se ha depositado en el fondo debido a que es más denso que el oxígeno. A continuación, hemos vaciado el contenido del vaso sobre las velas y, cuando el CO2 cae sobre las velas, mueve al oxígeno, es decir, es como si ocupara su lugar, y este es necesario para que las velas se mantengan encendidas, y estas se apagan porque se quedan sin él. Es como si le echáramos una especie de "manta" por encima. A algunos de nosotros se nos ha ocurrido la idea de ver qué ocurría si intentábamos encender el mechero dentro del vaso de precipitados con el dióxido de carbono y hemos podido observar perfectamente que este no se encendía porque no había oxígeno. O también hemos podido comprobar que si colocamos un vaso de cristal por encima de una vela encendida esta se apaga aunque no inmediatamente, sino que tarda unos segundos, hasta que se consuma el oxígeno que se queda dentro del vaso. Nos ha encantado este experimento y nos ha servido para descubrir y reflexionar sobre cosas que desconocíamos. ¡Ha sido genial!

La energía calorífica producido gracias a la energía del Sol. Hemos podido observar que la lupa lo que hacía era concentrar los rayos solares en un punto y así, el globo absorbía el calor y este hacía que explotara o no. Los colores oscuros como el negro, morado, marrón, etc. absorben más cantidad de calor puesto a que refleja menos luz por lo que se han explotado muy rápido, como a los dos segundos. Después, lo hemos intentado con otros colores como el rosa, el verde, el amarillo... y alguno sí que se ha explotado aunque no tan rápido como los oscuros. Sin embargo, al llegar al globo blanco no hemos conseguido ningún grupo que explotara puesto que el color blanco refleja toda la luz y no absorbe nada de calor, así que no se calienta y no explota. Hemos notado también que algunos globos que no han explotado tenían como una marca de que les había estado dando ahí los rayos del sol. Finalmente, hemos hablado también de que esto mismo lo podemos ver en los coches o en la ropa. Por ejemplo, en verano los coches oscuros se calientan mucho más que los de colores claros, y así pasa también con la ropa. En verano es mejor ponerse colores claros porque sino pasaríamos más calor.