Un objeto opaco no deja pasar la luz, proyectando una sombra sólida. Uno translúcido, en cambio, deja pasar una parte de la luz, por lo que deja ver sombras coloreadas. Por otro lado, existen objetos capaces de reflejar la luz, como los espejos, capaces de desviar la luz y hacerla cambiar de dirección. Proyecta una sombra compacta negra del objeto, pero se percibe también una zona muy iluminada, donde se está reflejando la luz. Cuando la luz interacciona con objetos podemos obtener información sobre ellos, como su forma externa, y en algunos casos el material del que está hecho o su color.
Para ver el objeto enfocado en la cámara oscura es necesario modificar la distancia, ya que es la única variable que podemos controlar. Las otras, las características de la lente y la distancia a la pantalla, no las podemos modificar, ya que hemos sujetado la lupa a la caja, por lo que nuestra lente es fija y también lo es la distancia focal. Variando la distancia del objeto podemos buscar la mayor nitidez posible. Utilizamos papel vegetal porque simula la retina, que es el fondo de ojo, el lugar donde se proyectan las imágenes que son enviadas al cerebro. En realidad no vemos con nuestros ojos, es el cerebro quien da la vuelta a la imagen captada por el sentido de la vista y quien se encarga de interpretarla. Podríamos decir que, de alguna manera, vemos con nuestro cerebro.
Crear lámparas reutilizando botellas de plástico es una forma de dar una segunda vida a material, que de otra forma, se convertiría en residuo, y permite, además, fabricar un instrumento de primera necesidad de forma económica y sencilla, a través de una tecnología básica pero eficiente. Es importante añadir lejía al agua debido a su poder desinfectante, para evitar la proliferación de microorganismos en ella, lo que podría provocar dificultades para la salida de la luz, al cubrir parte de su superficie. La luz de Moser es un buen ejemplo de cómo el conocimiento científico y tecnológico es relevante a nivel social, ya que puede mejorar la vida de las personas, potenciando el desarrollo. Los conocimientos científicos permiten hacer un mejor aprovechamiento de los recursos y avanzar como sociedad a través de nuevos retos.
Participar en esta misión ha sido una experiencia extraordinaria, donde nos hemos divertido y aprendido cosas nuevas al mismo tiempo. Trabajar en equipo, explorar el entorno y realizar experimentos prácticos ha sido realmente emocionante. A través de esta experiencia, hemos aprendido muchas cosas importantes: La importancia de hacer preguntas, formular hipótesis y analizar resultados, cómo analizar datos para sacar conclusiones válidas, la relevancia de colaborar con los compañeros y compartir ideas... Además, exploramos conceptos fundamentales relacionados con la luz y la electricidad. Lo más destacado de esta experiencia ha sido la oportunidad de resolver retos científicos en el colegio, sabiendo que otros centros educativos estaban haciendo lo mismo en sus localidades. Formar parte de un gran proyecto, donde otros niños y niñas también se enfrentaban a las mismas incógnitas, ha sido muy inspirador. ¡Sin duda, volveríamos a participar! Nos hemos quedado con ganas de aprender más. Acercarse a la ciencia de manera práctica nos permite aprender mejor, despierta nuestra curiosidad y nos ayuda a entender mejor lo que ocurre en nuestro entorno. Esta experiencia nos ha demostrado que la ciencia puede ser emocionante y accesible, y estamos ansiosos por participar en futuros proyectos similares.